India llevaba en mi lista de destinos a los que viajar próximamente muchos años, pero no fue hasta estas navidades que me surgió la oportunidad de recorrerla. Ha sido mi último viaje del 2019 y no puedo estar más agradecida.
Es un destino muy especial y, te guste o no, no te dejará indiferente. Desde que llegas, India te da la bienvenida por todo lo alto. El ruido, la multitud, los olores, el color, la gente, las sonrisas, la humedad sofocante y un aparente caos, te dejan absolutamente fascinada según pisas tierra. Es un constante estímulo para todos los sentidos, yo desde que saqué la cámara la primera vez no dejé de disparar, hay una historia en cada esquina, ahora veréis por qué.
Al ser un destino un poco especial, es importante tener en cuenta algunas cosas antes de viajar, así que os he hecho un pequeño resumen de lo que para mi ha sido importantes a la hora de enfrentarme al vi
Nosotros hicimos una ruta dede Chennai a Kochi. La experiencia de recorrer del este al oeste ha sido increíble, pues hay un gran cambio de una zona a otra, casi parece un país diferente. Me imagino que será similar a viajar del norte al sur, pero aun no he tenido la suerte de estar en el Norte.
Mamallapuram es una ciudad histórica, fue puerto en la dinastía Pallava, y es parte del estado de Tamil Nadu. Se encuentra a unos 60 km de la ciudad de Chennai y alberga monumentos construidos entre el siglo VII y el IX, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es muy interesante pasearse por la ciudad visitando los diferentes monumentos en los que se pueden ver las distintas influencias arquitectónicas y la manera tan exhaustiva de tallar la piedra.
Me llamó mucho la atención que una de las premisas a la hora de construir algunos de los monumentos era la manera que tenía el sonido de vibrar dentro del espacio. Lo usaban habitualmente para sus prácticas religiosas y está hecho de una determinada manera para que, por ejemplo, cuando se cantaba el OM, la vibración llegue al cuerpo entero.
Estos son algunos de los monumentos que merece la pena conocer:
Por la tarde fuimos a dar una vuelta por las calles del Pueblo Poonjeri, nos encontrarnos diferentes ritos funerarios y fue muy curioso porque en India no supone nada triste, sino todo lo contrario, es un momento de alegría y celebración. Tiran petardos y lo celebran por todo lo alto.
También dimos por casualidad con el único ceramista de la zona. Un señor fantástico que aparte de enseñarnos como hacía sus piezas en una especie de torno casero, hecho de una rueda grande de algún vehículo, nos animó también a hacerlo nosotros mismos. Así pues ahí estuvimos un rato entre lluvia, paraguas y la maravilla de moldear el barro de una forma tan tradicional.
Su mujer, muy sonriente, nos enseñó cómo se hacen los Rangolis, dibujos que realizan en la entrada de las casas para dar la bienvenida sagrada a todo el que pase. Están hechas a base de harina y dependiendo de si es festivo o no serán rellenos de color o únicamente blancos.
Viajamos a una de las zonas más espirituales de Tamil Nadu, Tiruvannamalai. Un pueblo que es famoso por el templo del fuego de Shiva (Templo Annamalaiyar ), pero también por sus montañas que lo rodean. En ellas, durante la festividad espiritual (última luna llena del año) se enciende el fuego sagrado en lo alto de la montaña y turistas de todo India viajan a Tiruvannamalai en estas fechas para ver dicho fuego. Se dice que el fuego, es la aparición de Shiva, uno de los tres dioses más importantes del Hinduismo y el que representa la destrucción y renovación del universo. La tradición cuenta que si ves el fuego sagrado, limpias tu Karma hasta la fecha, es decir, eres libre de todo lo que hayas hecho hasta entonces.
Una semana antes del día de luna llena, hay festividad en cada esquina del pueblo y si ya de por sí está muy masificado, en estas fechas es impresionante la cantidad de gente que ves por la calle. Cuando llegamos en nuestro autobús no dábamos crédito, eso sí, una vez más es absolutamente FASCINANTE.
La cantidad de historias que capturar y cómo los colores y las miradas se convierten en protagonistas desde que pisas sus calles.
Una vez caído el sol, pudimos pasear por el mercado. Sus luces y ver de cerca cómo hacían una de las festividades de la semana previa a la luna llena fue inolvidable.
Al día siguiente, subimos a las cuevas de meditación - Virupaksha Cave y fue muy interesante. Son unas cuevas habilitadas para meditar en la naturaleza, cerca del nacimiento de un río, el cual lo consideran sagrado. Para llegar, has de hacer un trecking por la montaña de una hora. Desde arriba puedes ver toda la ciudad, una vista espectacular. Me dejó atónita que cuando empezamos nuestra ruta, uno de los perros callejeros de la zona decidió acompañarnos y guiarnos durante el trayecto, llegó hasta arriba con nosotros!!!
Cuando llegamos nos quitamos los zapatos de manera habitual y fuimos de cueva en cueva meditando para acabar en lo alto de la montaña cerca del nacimiento del río, haciendo nuestras últimas meditaciones rodeados de naturaleza y divisando la ciudad desde lo alto. En general, esta experiencia me encantó, sin embargo es muy fácil ser estafado en esta zona. Algunos locales se hacen pasar por trabajadores de las cuevas y acaban sacándote dinero. Es importante estar atento a este tipo de cosas. En mi caso, fui estafada allí y me dejó con un poco de mal sabor de boca, pero quitando eso, fue super bonito.
Después visitamos el templo Sri Ranganatha Swamy. Fuimos acompañados por una guía local que nos explicó cosas super interesantes sobre el templo en cuestión. Me llamó mucho la atención que tenían a un elefante dentro del templo y que cada día lo sacaban para dar suerte a los visitantes. Tuve sentimientos encontrados porque, y a pesar de que me impresionó ver a un elefante allí, delante de mi y muy cerca, esta práctica no la apoyo en absoluto, ya que los elefantes son animales que viven en comunidad y aparentemente hay un elefante en soledad en casi cada templo. Por lo visto, los juntan con otros elefantes una vez al año durante un mes en “sus vacaciones”.
Lo que más me gustó de la visita, es que la hicimos mientras caía el sol y las luces y las sombras que se generaron en su interior fueron IMPRESIONANTES. Os dejo una pequeña mestra.
Aquí os dejo la playlist que ha sonado durante mi viaje:
Para los que siempre me preguntan por mi equipo fotográfico, todas las fotos están tomadas con la nueva Olympus OMD EM5 Mark III + 12-100 mm f/4 y 45 mm f/1.2.
Espero que os haya gustado y gracias por llegar hasta aquí.